Como ya he repetido muchas veces, tener una alimentación y un estilo de vida sostenible no solo mejora tu vida y el planeta, sino que también tiene un impacto sobre las vidas de los demás.

Porque es muy probable que por ese aguacate peruano que pagamos tan barato, el agricultor que lo cultivó no recibió un salario digno. O porque las mujeres que recogen las fresas que tanto nos gustan han podido sufrir violencia sexual en el ámbito laboral y han perdido todos sus derechos. Estos son solo algunos ejemplos, pero es fácil encontrar muchos más.

Ahora bien, también es cierto que es muy, muy fácil perderse en la vorágine de nuestro día a día y olvidar qué cosas podemos hacer para crear un mundo más sostenible, justo, saludable y feliz.

Para encontrar el faro que nos guíe en este mundo de productos poco sustentables y decisiones tomadas en modo automático, la ONU ha creado para nosotros los ODS, que no son solo unos objetivos sino un conjunto de metas y de acciones que podemos llevar a cabo cada uno de nosotros desde nuestro trabajo, nuestro vecindario, nuestra casa o incluso nuestro sofá.

Os he reunido algunas de ellas, las que me parecen más interesantes, porque nos dan ideas sobre cómo tener un consumo alimentario más responsable y sostenible, que ayude a crear un mundo más justo, sostenible y saludable.

  1. Comprar productos de comercio justo: de esta forma, los jornaleros y productores cobrarán un salario adecuado por su trabajo.
  2. Compra solo lo que necesites. Elige qué recetas vas a cocinar durante la semana, y haz una lista de los alimentos que necesitas para prepararlas. Planea cuándo lo harás, si te marcarás un batch cooking o las irás haciendo sobre la marcha. Si tienes alimentos que se van a echar a perder, prepara con ellos una sopa, cocínalos al horno, haz un salteado…
  3. En lugar de acumular productos en tu despensa que no utilizas, reúnelos y dónalos a un banco de alimentos. Eso sí, procura que sean lo más saludable posible.
  4. Elige la lactancia materna de preferencia, si es tu deseo y puedes hacerlo.
  5. Evita comprar alimentos que hayan sido producidos en condiciones injustas para los productores.
  6. Compra frutas y verduras “feas” o pasadas. Los alimentos con formas extrañas o un poco pasados suelen ser dejadas de lado por los consumidores, y por ello se acaban tirando. Puedes usarlos para preparar batidos, mermeladas, sopas, encurtidos o fermentados, por ejemplo.
  7. Bebe agua del grifo. En nuestro país, es saludable y evita generar residuos plásticos de las botellas.
  8. Ve a comprar con bolsas reutilizables: de tela, de rafia, de algodón… También puedes prescindir de ellas e ir a comprar directamente con tu carrito.
  9. Compra alimentos a granel, o mínimamente embalados. Los embalajes plásticos no solo contaminan al ser producidos, sino que también se acumulan en el ecosistema y llegan hasta el océano, donde provocan la muerte de animales marinos.
  10. Habla de sostenibilidad con tus amigos y familiares, demuestra que hacer cambios en tu forma de consumir es posible y aconséjales cómo hacerlo por ellos mismos.

¡Nos leemos pronto!

¿Te ha gustado este artículo?

Suscríbete a mi newsletter para seguir aprendiendo sobre veganismo, feminismo, sostenibilidad y alimentación saludable:

[mc4wp_form id=»247″]