En este artículo, veremos por qué incluir a Dietistas-Nutricionistas en la atención primaria (donde todavía no estamos presentes) haría que la sociedad entera avanzase hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

Como hablé en mis artículos sobre Objetivos de Desarrollo Sostenible y sobre dietas saludables y sostenibles, la alimentación tiene impacto mucho más allá de nuestra salud. Para producir alimentos, se consumen cantidades ingentes de agua dulce, se emiten ganas de efecto invernadero y se desechan toneladas de comida que podría haber sido consumida.

Por otra parte, no debemos olvidar la epidemia global de obesidad, que afecta a más de 650 millones de personas en el mundo. Hay que tener en cuenta además que las personas con bajos recursos económicos tienen más riesgo de sufrir obesidad, porque el acceso a alimentos saludables es más difícil.

Otro de los problemas asociados a la obesidad es la discriminación y la estigmatización. En numerosos estudios se ha mostrado que existen estereotipos asociados a estas personas, en todas las edades, como poca disciplina, dejadez u ociosidad, y a menudo son objeto de burlas. Esto significa que, en el plano real, las personas con obesidad sufren discriminación en el área laboral, familiar y educativa, entre otras.

¿Y si hubiese dietistas-nutricionistas en la atención primaria?

Pues, básicamente, ayudaríamos a avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible:

Muchos pacientes hospitalizados, al igual que enfermos crónicos (obesidad, diabetes, cáncer) o personas de la tercera edad presentan malnutrición. La presencia de dietistas-nutricionistas en la atención primaria haría más accesible el consejo dietético personalizado para ellos, el cual ayudaría a sobreponerse a la malnutrición y mejorar la salud y la calidad de vida de estas personas.

Tener acceso a un dietista-nutricionista ayudaría a mejorar la salud de la población, tanto física como mental, y esto tendría una repercusión muy importante para reducir la prevalencia de enfermedades no transmisible y de sus complicaciones.

Uno de los papeles de un profesional de la nutrición es aumentar el conocimiento de la población sobre cómo llevar una alimentación equilibrada. Esto permitiría el empoderamiento de los consumidores y podría repercutir en la elección de alimentos más saludables.

Como he comentado más arriba, las personas con menores recursos económicos tienen más riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad por múltiples razones, entre ellas, un consejo dietético inadecuado. Poder acudir a un dietista-nutricionista en la atención primaria haría que estas personas pudiesen recibir recomendaciones adaptadas a sus necesidades y teniendo en cuenta sus valores y sus características socioeconómicas y culturales.

También ayudaría a reducir las desigualdades sociales y económicas provocadas por los problemas de salud, como la malnutrición o el exceso de peso.

Una comunidad en la que los ciudadanos tienen a disposición servicios de nutrición gratuitos o asequibles es más sostenible ya que implica el acceso a todas las personas a los servicios básicos de salud. Además, los patrimonios culturales de nuestro país podrían protegerse y promocionarse, así como la alimentación local y sostenible.

Estar presentes en la atención primaria implicaría tener contacto con un mayor número de personas, gracias a lo cual podríamos realizar labores de sensibilización a un consumo sostenible, minimizar el desperdicio de alimentos, diseñar menús con productos poco procesados, locales y de temporada.

El impacto ambiental de nuestro consumo alimentario es brutal. Mediante el consejo dietético en las consultas primarias, podríamos promocionar dietas con menor huella ambiental, que estarían principalmente basadas en productos vegetales, de proximidad y de temporada. Esto repercutiría en una mayor seguridad alimentaria a nivel global ya que aseguraría el acceso y la utilización de los alimentos y la estabilidad de las cadenas alimentarias.

Como puedes ver, la presencia de dietistas-nutricionistas en la atención primaria tendría consecuencias positivas para la salud comunitaria, el medio ambiente y los derechos humanos. Creo que es fundamental que se tengan en cuenta las reivindicaciones y las recomendaciones de los distintos colectivos de nutricionistas, ya que podrían ser de gran ayuda para implantar las consultas de la mejor manera posible.

¡Podemos conseguirlo!

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